ESMA: el infierno sin fin

  El juez Torres y un nuevo juicio por los crímenes en la ex ESMA

Un infierno que no tiene fin

Antes del comienzo de la feria judicial, el magistrado procesó con prisión preventiva a cuatro represores y comunicó a las querellas que se preparen para un nuevo juicio oral por los crímenes cometidos en el mayor centro clandestino.

11 de enero de 2019

El cuarto juicio oral y público sobre los crímenes cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada está en curso. La Justicia federal ya condenó a decenas de genocidas y revisó centenares de casos de violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, el expediente que investiga los crímenes de Estado que tuvieron en el mayor centro clandestino que funcionó durante la última dictadura cívico militar continúa creciendo y se encamina hacia un nuevo debate. Antes del inicio de la feria judicial, el titular del Juzgado Federal número 12, Sergio Torres, procesó con prisión preventiva a cuatro represores por secuestros, torturas y torturas seguidas de muerte. 

En noviembre de 2018, el juez dictó la prisión preventiva y procesó a Carlos Alberto Bengoechea por 15 secuestros, la imposición de tormentos a seis personas, de las cuales dos terminaran muertas. A Bengoechea lo apodaban “Vasco” e integra la lista de verdugos de la ESMA desde que comenzó la causa a ser investigada. La prisión domiciliaria impuesta por el juez la está cumpliendo en su casa. El nombre de Gerardo Enrique Ferrer tampoco es novedoso entre los personajes que desarrollaron la represión dentro de la escuela de la Marina. Torres lo identificó como jefe de la Compañía B de Ceremonial y consideró que, durante el tiempo que estuvo destinado en la ESMA (entre el 76 y el 78) participó del secuestro de 190 personas, de las torturas impuestas a 57 y de la muerte de otras 26. Lo procesó por esos delitos y ordenó su detención. Ferrer fue destinado a la prisión vip de Campo de Mayo. 

Jorge Luis Guarrochena se retiró de la fuerza con el grado de “oficial”. Según la instrucción, en el chupadero que la Armada montó en plena ciudad de Buenos Aires, se hacía llamar “Raúl” o “Carlos Alberto Encina”. Al igual que Ferrer, permanece desde su procesamiento en Campo de Mayo. Es acusado por Torres de participar de 280 secuestros, de torturar a 91 personas y de matar a 27, algunas en sesiones de tortura y otras durante el encierro. 

El último de los procesados por el titular del Juzgado Federal número 12 es Juan José Lombardo que tiene como distintivo el contar sobre su espalda con dos condenas, una de ellas a prisión perpetua, por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino que funcionó en la Base Naval de Mar del Plata. La pena, no obstante, la cumple en su casa. Al momento de su retiro de la fuerza era vicealmirante. Participó de la Guerra de Malvinas. En la ESMA, Torres lo encontró involucrado en 22 secuestros y 14 casos de aplicación de torturas, dos de ellos culminaron con la muerte de las víctimas. También tiene el beneficio de la domiciliaria. Fue condenado dos veces a perpetua en Mar del Plata por el centro clandestino Base Naval.

El expediente que investiga los crímenes que tuvieron lugar en el infierno que ideó y construyó el genocida, jefe de la Armada e integrante de la primera Junta Militar, Emilio Massera, no solo creció en número de represores. En los últimos años se sumaron, “por lo menos 150 casos nuevos, surgidos de los juicios orales o  de sobrevivientes o familiares que aportaron su testimonio recién ahora”, apuntaron a este diario personas vinculadas con el expediente. 

Torres cerró llegó a la feria judicial con la intención de dar por finalizada esta etapa de la investigación sobre ESMA y así lo comunicó a las partes acusadoras, con la intención de que revisen lo actuado y, en caso de coincidir, comiencen a trabajar en la elevación a juicio de un nuevo tramo del expediente.

 

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