Sin descanso
La búsqueda de desaparecidos en 2020 y después
Mauricio Pérez
3 enero, 2020
Cartel con un fragmento de “La leyenda patria” en el batallón 13 de infantería, donde se hallaron los restos de Fernando Miranda en 2005 y de Eduardo Bleier en 2019
El equipo de antropólogos y el acervo documental de la dictadura no dependerán más de Presidencia. En su lugar, la Institución de Derechos Humanos asumió la investigación sobre los crímenes cometidos entre 1968 y 1985 por el terrorismo de Estado. Este será el organismo que deberá negociar con el próximo gobierno el presupuesto para dar continuidad al plan de trabajo a partir de 2021.
La búsqueda, por ahora, no se detiene. El Grupo de Investigación en Antropología Forense (Giaf) seguirá trabajando durante la temporada estival en las entrañas del Batallón número 13 en busca de restos de detenidos desaparecidos durante la última dictadura. El objetivo es terminar lo antes posible con las excavaciones en el área cautelada por la justicia. Los trabajos por estos días se concentran en los fondos del predio militar, donde en agosto fueron hallados los restos de Eduardo Bleier. Se trata de un área de sumo interés, ya que en 2005, a unos 100 metros de allí, fueron hallados los restos de Fernando Miranda.
Los restos de Bleier estaban en una fosa irregular, en el margen del arroyo Miguelete, a unos 80 centímetros de profundidad, sobre una barranca. Si bien supone dificultades trabajar al rayo del sol, también es una oportunidad. Se trata de una zona anegable y de difícil acceso casi todo el año. Pero las altas temperaturas de las últimas semanas bajaron el cauce de agua, lo que favorece la búsqueda y permite, incluso, adentrarse en el arroyo, un espacio al que nunca se había podido llegar.
Terminar los trabajos en el Batallón 13 es una decisión compartida por la Institución de Derechos Humanos (Inddhh), que asumió la responsabilidad de la búsqueda de los desaparecidos. En efecto, el organismo –dependiente del Parlamento– decidió darle continuidad a la búsqueda, mantener la estructura de trabajo y renovar los contratos de los integrantes del Giaf. Así, el equipo de antropólogos dejó de depender de Presidencia de la República.
Los directores de la Inddhh se reunieron con representantes de Presidencia y del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia para que sean transferidos los fondos para financiar todos los aspectos vinculados con la búsqueda. El acuerdo está encaminado, pero resta concretar algunos números, aunque se entiende que el presupuesto 2020 está cubierto. Más adelante, llegará el tiempo de reunirse con los representantes del próximo gobierno: la búsqueda exige presupuesto.
VARIOS FRENTES. El Batallón 13 fue la base de operaciones del 300 Carlos, uno de los principales centros clandestinos de detención de la dictadura. Desde entonces, el predio de 22 hectáreas es sindicado como una zona de enterramientos clandestinos. Los hallazgos de los restos de Miranda y de Bleier confirmaron esa hipótesis. Actualmente, los trabajos se concentran en un área de 12 hectáreas cautelada por la justicia. La búsqueda se realiza con una metodología de intervención sistemática, exhaustiva, sin espacio entre trincheras, que pretende subsanar uno de los principales inconvenientes de la búsqueda: la falta de datos certeros sobre dónde excavar (veáse “Una ajuga en un pajar”, Brecha, 30-VIII-19). La aparición de Bleier renovó la expectativa de que existan otros cuerpos enterrados en el predio; la idea es excavar todo el terreno, con especial atención sobre la franja del arroyo.
Sin embargo, el Giaf tiene previsto ingresar a otros predios militares durante el 2020. Semanas atrás culminaron las excavaciones dentro de una edificación del Batallón 14 sin resultados positivos, pero en breve los antropólogos volverán a ese lugar. La jueza Laura Sunhary habilitó el ingresó de los antropólogos al predio militar para realizar excavaciones en el terreno. El área cautelada incluye tres zonas, dijeron fuentes judiciales a Brecha. Una ya tuvo resultados: allí fueron hallados los restos de Julio Castro (en octubre de 2011) y de Ricardo Blanco (en marzo de 2012).
Los cuerpos estaban enterrados en las proximidades del arroyo Meireles, a unos 100 metros al sur de la vía férrea; la distancia entre las fosas era de entre 20 y 50 metros. El objetivo es excavar otra vez en ese lugar, esta vez sin dejar espacio entre trincheras, ya que existe una pequeña área que no fue intervenida; la misma metodología que se utilizó en el Batallón 13, con resultado positivo. Además, está previsto intervenir otras áreas ya inspeccionadas: en las proximidades del polígono de tiro, la cantera y la zona donde en su momento se buscaron los restos de María Claudia García de Gelman. A esto se le suma una tercera zona donde aún no se trabajó.
Otro lugar donde se pretende excavar es en La Tablada. Según fuentes judiciales, la información sobre eventuales enterramientos allí “es más difusa”, pero se mantiene como un sitio a ser inspeccionado –los antropólogos ya trabajaron en 2007 y en 2013-2014–. La justicia dictó en 2017 una medida cautelar en el predio para garantizar las eventuales excavaciones. Allí existen dos zonas de interés, una contigua al arroyo Pantanoso y otra al edificio central. De momento, no hay fecha de ingreso.
A esto se le agrega la posibilidad de intervenir en otros dos lugares reconocidos como de interés: la chacra de Pando –donde fueron hallados los restos de Ubagésner Chaves Sosa– y Rincón del Bonete –lugar en el que se intentó desaparecer el cuerpo de Roberto Gomensoro Josman–. En el caso de la chacra de Pando, se apunta a profundizar la búsqueda de los restos de José Arpino Vega. El informe oficial de la Fuerza Aérea entregado al Poder Ejecutivo en 2005 decía que allí estaban enterrados los cuerpos de Chaves Sosa y de Vega; sólo el primero fue hallado. Sobre Rincón del Bonete, hay información sobre otros posibles enterramientos, que debe ser contrastada. Para esto se deberá profundizar la investigación y determinar el grado de certeza de estos datos.
MÁS INVESTIGACIÓN. El Parlamento le otorgó a la Inddhh la responsabilidad de la búsqueda de los desaparecidos. En línea con la ley, la Institución delegó esta tarea en dos de sus directores: Mariana Mota y Wilder Tayler. En diálogo con Brecha, Mota dijo que la prioridad es profundizar la investigación para mejorar la búsqueda: “Estamos haciendo foco en poder buscar información, analizarla y fortalecerla”. La ex jueza destacó que la búsqueda de restos debió enfrentar “información que fue falsa”, ya que “había un trabajo de contrainteligencia” que pretendía obstaculizar los trabajos. Por eso, se pretende mejorar la calidad de la información y determinar “cuáles son débiles, no tienen respaldo, y cuáles tienen elementos para potenciar la búsqueda”.
En este sentido, se hará foco en la investigación sobre los uruguayos desaparecidos en Argentina: “El mayor universo de desaparecidos uruguayos es en Argentina”. Se busca la colaboración del Poder Judicial y de la Fiscalía argentina para investigar sobre el posible destino de estas personas. La idea es recabar información oficial sobre la estrategia represiva aplicada en los distintos centros clandestinos de ese país, donde hubo uruguayos detenidos. Esto permitirá contrastar “cuáles narrativas y qué hipótesis ofrecen más posibilidad de que sean verosímiles”, apuntó Mota.
Asimismo, por mandato legal, la Inddhh pasó a ser depositaria de los archivos documentales de la dictadura. Esto significa que el organismo asume la función de conservarlos y administrarlos. Por eso se está trabajando en un protocolo para que sean accesibles, respetando la ley de protección de datos personales y resguardando la información sensible. En tanto, Presidencia continuará con la digitalización de los archivos, para después entregarlos a la Inddhh. Para avanzar en todo esto, según Mota, se necesitará dinero. Con el horizonte de 2020 en principio despejado, la Inddhh espera que el futuro gobierno cumpla con el compromiso de seguir adelante con la búsqueda. Para avanzar en ese asunto, ya se reunieron con la vicepresidenta electa Beatriz Argimón, y esperan hacerlo con otras autoridades más adelante.