Ignacio Errandonea, de Familiares:
“Hubo avances, no lo dudamos, pero todavía
queda mucho por hacer”
Para el integrante de la organización de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos Ignacio Errandonea, el mayor legado que le ha dejado a la sociedad uruguaya la Marcha del Silencio es que la causa ha sido tomada como un tema propio por parte de vastos sectores. Se ha pasado de la idea de dar apoyo a Familiares a entender que su causa “es la nuestra”, dijo.
23 mayo, 2020
A diferencia de años anteriores, la Marcha del Silencio no se realizó por 18 de Julio. La emergencia por la pandemia de Covid-19 no lo hizo posible. No obstante, la sociedad se organizó de tal manera que el día no pasó inadvertido. El reclamo por verdad y justicia, por la aparición da los desaparecidos, llegó hasta los últimos rincones del país.
Este año, la tradicional marcha, una de las manifestaciones más grandes realizadas en el país, no pudo realizarse. La avenida 18 de Julio no estuvo colmada por decenas o cientos de miles de personas. Sin embargo, el silencio fue atronador.
En los días previos, Montevideo y decenas de localidades del interior fueron testigos de innumerables demostraciones que fueron desde pintadas, actos, carteles, que dejaron en evidencia cómo una gran parte de la sociedad ha asumido que la causa de Familiares es la suya.
Tras reconocer que hubo avances en los últimos años, Errandonea igualmente señaló que “falta mucho” y que el Estado no ha hecho todo lo que sus posibilidades le permiten. A continuación, un resumen de la conversación que Errandonea mantuvo con Caras y Caretas por este tema.
Han transcurrido 25 años desde que Familiares convocó a la primera Marcha del Silencio. ¿Qué le ha dejado a la sociedad uruguaya este proceso?
Lo primero es que la sociedad se ha ido empoderando del tema. Este reclamo que antes se veía como “apoyemos a los familiares en la búsqueda de verdad y justicia” se ha convertido, con la consigna Todos somos Familiares, en un reclamo de toda la sociedad, de gran parte de la sociedad, como un tema propio. La mayoría de la gente no lo siente como un tema solo de los familiares, lo entiende como un tema propio. Eso creo que es lo más importante. Porque una sociedad sin justicia y sin verdad no está segura, no genera los anticuerpos para que no vuelva a suceder. Y en la medida que toda la sociedad lo siente como propio y reclame, se está fortaleciendo más para enfrentar cualquier tipo de desborde del Estado.
En estos 25 años han pasado gobiernos de distinto signo, tanto de derecha como de izquierda. Hubo algunos avances. ¿Cómo evalúan los resultados?
Por un lado pensamos que ha sido importante el avance. También decimos: es insuficiente porque el Estado, los sucesivos gobiernos no han hecho todo lo que tienen en sus manos para aclarar el tema. El sistema judicial ha arrastrado los pies para aplicar justicia. La legislación, si bien hemos adecuado muchas leyes para estar acorde a lo que se nos demanda a nivel internacional, también ha estado reticente para que se aplique todo lo que se ha aprobado a nivel de convenciones internacionales acá en Uruguay. Entendemos, por ejemplo, que la Comisión para la Paz fue el primer paso y fue importante porque se reconoció el terrorismo de Estado y se reconocieron los desaparecidos.
Y la entrada en los cuarteles, que permitió el ingreso a lugares donde, hasta ese momento, estaba vedado entrar. Hubo avances. No lo dudamos, pero todavía queda mucho por hacer.
Por ejemplo, el año pasado vimos cómo los mandos militares -porque el comandante en jefe era quién lo decía- entendían que no herían el honor de las Fuerzas Armadas la tortura, el asesinato y la desaparición forzada. O sea, al día de hoy tenemos Fuerzas Armadas formadas por la Doctrina de la Seguridad Nacional. Recién a fin del año pasado se aprobó cambiar la doctrina. No obstante, hoy en día tenemos unas Fuerzas Armadas con una formación antidemocrática.
Quien era comandante del Ejército en ese momento hoy es senador y no se guarda nada de lo que piensa respecto al tema. ¿Cómo ven esas señales que vienen de algunos actores políticos?
Ese siempre fue el discurso de los militares. Hoy el partido militar, que representa [Guido] Manini Ríos, es la voz cantante de la formación que tienen los militares, porque creo que lo más gráfico de lo dicho por Manini lo dijo el día en que fue destituido. Ese día, en una entrevista en Océano FM, él decía que en 1870 la batalla del Sauce había culminado con 400 prisioneros. Desde el Ministerio de Defensa se dio la orden de pasarlos a degüello. Fueron degollados todos. Menos de dos años después se firmó la paz y nadie reclamó por lo que había pasado. Esa mentalidad terrible es la que tienen hoy los mandos militares. Ellos se consideran triunfadores de una guerra que no existió, en su imaginación existió una guerra, y como son los vencedores, son los que ponen las condiciones. Esa es la mentalidad militar hoy. Por eso entendemos que ha habido una omisión de todos los gobiernos en haberle hincado el diente a la formación de los militares, entre otras cosas. En haber exigido desde el gobierno que “entreguen la información. Si no la entrega, pase a retiro”.
La autoridad es de los gobiernos frente a los militares.
En estos días se ha registrado la reanudación de las excavaciones en el predio del Batallón 14, en Toledo. ¿Cómo ven que continúe la búsqueda en esta etapa política del país?
Por un lado, existe un compromiso desde Presidencia, del presidente y los principales actores políticos, porque se comprometió cuando era candidato el doctor Luis Lacalle Pou, se comprometió Ernesto Talvi, se comprometió Pablo Mieres, integrantes de la actual mayoría, a continuar la búsqueda.
¿Qué significa continuarla? Eso es lo que estamos esperando que se concrete en la práctica, porque si bien es importante otorgarle a la Institución Nacional de Derechos Humanos los fondos para excavar, debe haber información de calidad, y esa tiene que provenir de los ámbitos que hicieron desaparecer a nuestros familiares. Si no viene información de calidad, encontrarlos va a ser como ha sido hasta el día de hoy. Porque recordemos que el único caso en el cual hubo información oficial fue en el de Chaves Sosa, que la entregó la Fuerza Aérea, pero después es información que hemos podido recolectar por los costados. Las Fuerzas Armadas, como institución, siguen, manteniendo la responsabilidad de mantener desparecidos a nuestros familiares.
“Bueno, señores, esto se terminó. Tienen diez días para entregar la información”, debería ser la consigna.
¿Son optimistas?
No lo veo en términos de optimismo o pesimismo. Lo hemos reclamado y lo vamos a seguir reclamando. Vamos a ver cuál es la actitud que toma el gobierno.
Este año la Marcha del Silencio adquirió características completamente distintas a las de los años anteriores. En este contexto, ¿cómo ven las iniciativas desarrolladas por la sociedad civil?
Estamos muy agradecidos y en cierta medida desbordados y sorprendidos con lo que ha sido la iniciativa. Lo importante es la manifestación de la sociedad reclamando por verdad y por justicia.