La memoria de las mujeres presas en dictadura

  Sujetas sujetadas: la memoria de las

mujeres presas políticas

durante la dictadura

29 de junio de 2020

Escribe: Stephanie Demirdjian

Yoseana Fernández y Fiorella Gargaglione, estudiantes de la Udelar que participan del proyecto “Sujetas- sujetadas”, en la pantalla Nibia López.

Un proyecto de la Universidad de la República reúne a estudiantes y ex presas para profundizar sobre el pasado reciente desde una perspectiva de género.

El junco tiene la particularidad de que, ante un viento fuerte, se dobla pero no se quiebra. Nunca se quiebra. De hecho, después de una ráfaga no sólo vuelve al mismo lugar de antes, sino que además agarra fuerza para ir hacia adelante. Ivonne Klingler se siente un poco así, como si ella y todas sus compañeras que sufrieron el terrorismo de Estado en la carne fueran juncos. “Después de vivir una situación de hostigamiento total, no quedamos estáticas o con resistencia pasiva, sino que fuimos para adelante. Lo que se llama resiliencia”, dice.

Ivonne era estudiante de Medicina en 1973 y el 27 de junio de ese año, cuando se consumó el golpe de Estado en Uruguay, fue una de las que ocuparon la facultad para oponer resistencia. Las y los estudiantes fueron desalojados y fichados dos semanas después. Unos meses más tarde, Ivonne recibió una citación para presentarse en la jefatura de Policía, pero “ante la falta de garantías”, decidió no ir. A partir de ese día, pasó a la clandestinidad. Estuvo requerida durante ocho años, en los que militó sin descanso. Un día de enero de 1982, mientras caminaba por la calle, le pidieron el documento y la detuvieron. Fue el comienzo del infierno.

Durante seis meses fue recluida y torturada en La Tablada, el establecimiento que utilizó el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas entre 1977 y 1983 como centro clandestino de detención. En junio de 1982 fue trasladada a la cárcel Punta de Rieles, un hecho que hoy Ivonne recuerda como “una experiencia absolutamente imprescindible en la vida de una persona, porque conocí la solidaridad escrita con letras mayúsculas y el cariño de las compañeras frente a lo otro, el enemigo, que estaba muy claro quién era”.

Recuperó la libertad en diciembre de 1984 y retomó su vida: terminó la carrera, formó una familia, tuvo dos hijos. Entre una cosa y la otra, también se reencontró con las compañeras ex presas, junto a quienes prometió que contaría la historia. Su historia. La de las mujeres. Ese proceso empezó a tomar fuerza en 2011, cuando 28 de ellas decidieron denunciar a más de 100 ex integrantes de las Fuerzas Armadas y civiles –como médicos y enfermeros– por la violencia sexual a la que fueron sometidas durante la dictadura. Desde entonces, hubo pocos avances: sólo se concretó un procesamiento, el del ex capitán Asencio Lucero, que no fue procesado por delitos de violencia sexual, sino por torturas. Pero la lucha para que se haga justicia continúa.

Hoy, las mujeres ex presas políticas tienen la oportunidad de seguir contando su historia gracias a Sujetas sujetadas: mujeres y memoria del terrorismo de Estado, un proyecto de la Universidad de la República (Udelar) que busca rescatar la memoria de los hechos de la dictadura desde una perspectiva de género.

Ivonne es una de las participantes. Asegura que aceptó la invitación a sumarse porque es necesario “seguir hablando de lo que pasó”, todavía hoy e incluso cuando revivirlo puede resultar muy doloroso, “para que se sepa”. Pero también porque es importante demostrar que, como los juncos, ellas pudieron ponerse de pie y seguir. No lograron quebrarlas. “Es importante que vean que, pese a las experiencias que vivimos, nos fuimos pudiendo parar despacito. Primero, en cuatro patas, después un poquito más arriba, hasta que pudimos pararnos, recobrar la estatura que teníamos antes –quizás un poquito más, por esto de la resiliencia– y salir adelante”.

Un proyecto de formación integral

Sujetas sujetadas comenzó a gestarse durante el segundo semestre de 2019, financiado por la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio de la Udelar, y en principio se extenderá hasta 2021. El objetivo principal es “revisitar la experiencia y la memoria de las mujeres ex presas políticas en relación con las reivindicaciones feministas actuales”, según aseguran las responsables en el blog del proyecto. Además, lo presentan como un espacio de formación integral, ya que articula tareas de enseñanza, extensión e investigación.

El proyecto está coordinado por Ana Laura de Giorgi –que está a cargo del taller Feminismos del Sur en la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar– y Mariana Achugar –quien dicta el taller de Comunicación Oral y Escrita en la Facultad de Información y Comunicación (FIC)–. También participan las docentes Amparo Fernández, Carla Larrobla, Ema Zaffaroni, Mercedes Altuna y Gelsi Ausserbauer.

“El objetivo es revisitar la experiencia de las ex presas políticas y también repensar cómo ellas han narrado su historia y cómo ese relato ha sido recepcionado a lo largo del tiempo y también hoy”, explica De Giorgi a la diaria, “porque una de las cosas que nos interesan es repensar la recepción de esos relatos en el contexto de un auge del movimiento feminista”. El trabajo interdisciplinario parte de la premisa de que “las dictaduras castigaron a las mujeres en su doble condición de impugnadoras del orden político y transgresoras del orden de género”.

La iniciativa pretende ser un espacio de encuentro intergeneracional entre ex presas políticas y estudiantes de los dos talleres, para promover la producción de “saberes compartidos que ponen en primer plano la agencia de las mujeres” durante el terrorismo de Estado. En ese marco, se han organizado varios encuentros para conocerse, intercambiar relatos y definir en conjunto la mejor estrategia para difundir y amplificar las voces de mujeres que hoy tienen alrededor de 70 años. Después de esos encuentros, las ex presas políticas, junto al equipo docente y las estudiantes –que son en su mayoría mujeres–, decidieron que realizarían materiales audiovisuales para hacer circular sus historias en las redes sociales. Los videos giran en torno a tres temáticas elegidas por las propias protagonistas: resistencia y solidaridad, violencia sexual, y niñas y niños presos.

El primero se publicó unos días después del 20 de mayo, día de la Marcha del Silencio, que este año fue virtual, y desde entonces se han difundido otros. Muchos todavía están en proceso de edición, y se espera que sean publicados en lo que queda del año. Hay otras ideas en paralelo, como generar materiales didácticos para realizar talleres en los liceos, por ejemplo, pero quedaron paralizadas hasta que termine la emergencia sanitaria por el coronavirus.

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