La LUC y las oposiciones de la izquierda uruguaya

LA LUC Y EL MODO DE OPOSICIÓN FRENTEAMPLISTA

A la izquierda que hay lugar

Víctor Hugo Abelando
20 noviembre, 2020

El Frente Amplio enfrenta el dilema de aceptar como un error haber votado algunos artículos de la LUC o generar mucho ruido en su relación con el movimiento social. Este tema, de todos modos, no es más que el emergente de las dificultades que muestra para definir las características de su rol como oposición.

La decisión de ir a un referéndum contra la Ley de Urgente Consideración (LUC), adoptada inicialmente por el PIT-CNT y la Intersocial, abrió un escenario de debate interno dentro del Frente Amplio (FA). En principio, y aunque había posturas contrarias a apoyar la consulta popular, su Plenario Nacional resolvió el 17 de octubre formar parte de la movilización y encomendar a la Mesa Política que, en diálogo con la Intersocial, adoptara una resolución sobre el procedimiento a utilizar y los artículos cuya derogación se promoverá. La Mesa resolvió con posterioridad optar por el «camino largo», es decir, recoger las firmas del 25 por ciento de los inscriptos en el registro electoral del país, con un plazo que vence al año de promulgada la LUC, o sea, el 9 de julio de 2021.

Por el camino quedó la idea de los sectores «moderados» del FA de ir por la «vía corta», es decir, juntar las firmas del 2 por ciento del electorado para que en un plazo breve (posiblemente antes de fin de año) la Corte Electoral convoque a que el cuerpo electoral, en una sola jornada y voluntaria, se pronuncie a favor de la iniciativa, debiendo alcanzarse también el 25 por ciento de las voluntades. En opinión de la mayoría del FA, la opción desechada habría permitido a quienes se oponían al referéndum sacar rápidamente el tema de la mesa, pues contaban con que ese porcentaje no se alcanzaría y, por consiguiente, la coalición saldría prontamente de una batalla en la que no debería haberse metido.

Una vez apoyado el referéndum, la discusión era si se iba contra toda la ley o contra algunos artículos. En el FA primó la última de las posibilidades. En tanto, la Intersocial no ha resuelto todavía (lo hará el 29 de noviembre) si el recurso abarca toda la LUC o parte de ella. El PIT-CNT ha resuelto impugnarla parcialmente, pero hay organizaciones de la Intersocial que apuntan contra toda la norma, una de ellas Fucvam, aunque en el comunicado publicado al respecto sostiene que lo importante es el consenso y podría avenirse a dirigir el referéndum sólo a parte del articulado.

Sin embargo, para el FA la situación derivó en una nueva complicación cuando la central sindical se pronunció a favor de impugnar cinco artículos de la ley que el FA votó. Ellos son el 187, 188 y 189, que crean la comisión coordinadora de la educación; y el 235 y 236, que fijan potestades preceptivas a la URSEA en la fijación del precio exrefinería de los combustibles de acuerdo al precio de paridad de importación que surja de sus estudios.

UN POCO DE HISTORIA

Cuando el proyecto de la LUC ingresó al Parlamento, la bancada del FA sostuvo que se estaba frente a una norma «inconstitucional», antipopular y regresiva. Incluso se votó en el Senado sobre su inconstitucionalidad y la postura frenteamplista perdió 18 a 13. La consecuencia de afirmar que se estaba frente a un proyecto que violaba la Constitución habría sido no sólo no votarla en general (como el FA lo hizo en las dos cámaras), sino tampoco votar ninguno de los artículos. El FA votó cerca de la mitad del articulado de la LUC, luego de algunas modificaciones y del retiro por parte del oficialismo de los capítulos más urticantes. La modificación de la conducta frenteamplista se debió, según parte de sus dirigentes, a la estrategia de «reducción de daños» y al pedido de las organizaciones sociales de limar aspectos negativos del articulado. También incidió en ese comportamiento el rechazo a la concepción del «cuanto peor, mejor», pues se consideró que no era válida para la suerte de la población ni el mejor camino para un pronto retorno al gobierno. Para parte de los grupos frenteamplistas resulta, por tanto, incongruente que ahora se vaya contra los artículos que votaron. Esa opinión predomina en los sectores astoristas (Asamblea Uruguay y otros) y en los dirigidos por el senador Mario Bergara (Fuerza Renovadora). Quienes manifiestan una postura inicial proclive a acordar con el PIT-CNT, al menos en los artículos referidos al comercio de los combustibles, son el PCU, PS y PVP, pues entienden que a los cuestionamientos que ya le hace la propia ANCAP y Fancap deben agregarse los problemas que podrían generarse con el movimiento social.

Por su parte, dirigentes del MPP indicaron a Brecha que sería contradictorio resolver impugnar lo votado. Empero, otros integrantes de la dirección frenteamplista especulan que, pese a esa posición inicial, el sector mayoritario de la coalición podría avenirse a aceptar la impugnación de esos dos artículos mencionados. En esa dirección recuerdan que originalmente el MPP no era muy partidario del referéndum (el grupo sostenía que se gastaban muy pronto algunos cartuchos, cuando lo peor del proyecto conservador estaba por venir), pero que igualmente acompañó la iniciativa. Agregaron que, a su vez, defendieron la vía corta, aunque finalmente se sumaron a la larga; cambios de posturas resultantes de «escuchar» a la militancia frenteamplista, las voces del movimiento social y preservar la unidad de la fuerza política.

¿QUÉ TIPO DE OPOSICIÓN?

Para integrantes de Fuerza Renovadora, aceptar lisa y llanamente los planteos de la central sindical y de la Intersocial es poner al FA detrás de esas organizaciones, en una suerte de «seguidismo» que desdibuja el papel del partido. Tampoco creen que la lógica desde la oposición sea la de la mera resistencia, ni que una «casi segura» derrota del referéndum sirva para acumular fuerzas.

Por su lado, fuentes del PVP señalaron a Brecha que en las distintas posturas que hay sobre el tema se dibuja el escenario en que se mueve el FA. Por un lado, quienes sostienen la lógica de la «pera madura»: sólo hay que esperar cuatro años para que el gobierno de la coalición multicolor caiga, fruto de sus propios desaciertos. Por otro, «quienes pensamos que un proyecto alternativo al de la derecha, como lo demostró el nacimiento del FA, se construye desde la conjunción de las fuerzas sociales y políticas en lucha», y que el desconocimiento de ese principio fue el que los llevó a la derrota.

En el FA coexisten dos maneras de concebir el proceso que se abrió en noviembre de 2019. Para algunos, parece que la mejor estrategia es mostrarse como una «oposición responsable» y dialoguista, que evita diferenciarse de la derecha, «como si no hubiera confrontación de clases e intereses, como si se pudiera navegar sin mostrar un proyecto distinto. La democracia es conflicto, dentro de la institucionalidad y los límites constitucionales, por eso la política no puede reducirse a la gestión, requiere batalla ideológica, cultural, hacia otro modelo de país. No hay que tener miedo a ser distinto», concluyó el dirigente del PVP.

El FA no tiene oficialmente una postura sobre los cinco artículos votados en su momento, que el PIT-CNT quiere derogar. Según fuentes socialistas, esa definición tampoco se tomaría en la sesión de la Mesa de hoy, viernes, sino que se dejaría para el otro viernes, mientras se suceden los contactos con la Intersocial y la central sindical para llegar a posturas consensuadas.

 

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