En el próximo reférendum: ¿una tercera vía?

ARQUÍMEDES CABRERA Y LA ESTRATEGIA DEL VOTO EN BLANCO MILITAR

Tercera vía

Samuel Blixen
18 febrero, 2022

Arquímides Cabrera

El coronel retirado Arquímedes Cabrera, viejo teniente de Artigas y artífice del «fenómeno Manini», acaba de proponer a la familia militar el voto en blanco en el referéndum sobre la LUC. Se trata de un voto cantado para medir las fuerzas de Cabildo Abierto a dos años de las elecciones.

Casi en simultáneo con un acto de la coalición gobernante, organizado por Cabildo Abierto (CA) en Carrasco a favor del No –y en el que fueron oradores los ministros Daniel Salinas, de Salud Pública, Pablo Mieres, de Trabajo, Adrián Peña, de Ambiente, y Martín Lema, de Desarrollo Social–, el coronel retirado Arquímedes Cabrera, un hombre de confianza de Guido Manini Ríos, anunciaba la «activación» de un comando de campaña llamado Azul y Blanco para promover el voto en blanco en el referéndum del 27 de marzo sobre 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC).

No se trata de un acto fallido del coronel Cabrera ni de una contradicción en el seno de CA (que, en todo caso, de existir más allá de una apariencia, debe atribuirse al general, por aquello de la obediencia debida): no es contradictorio integrar la campaña de defensa de la LUC y a la vez promover el voto en blanco, mal que les pueda caer a los socios del partido militar en la coalición de gobierno; ya había enseñado el Pepe Mujica que a veces hay que tragarse sapos y abrazarse a culebras, al menos eso habrán pensado dos de los oradores del referido acto, el independiente Mieres y el colorado de Ciudadanos Peña, que al principio se espantaban de estar cerca de Manini.

La primera noticia sobre una convocatoria del partido militar a votar en blanco en el referéndum apareció en un audio de 24 minutos que el coronel Cabrera difundió en redes sociales para sus «camaradas y guerreros de las reservas activas», a efectos de «tener una versión o por lo menos clarificar el tema del referéndum». No en una ni en dos, en cuatro ocasiones (para que no haya la menor duda) el coronel Cabrera explica en el audio que «el voto en blanco significa un voto por el No, o sea, un voto a favor de la opción del gobierno de coalición por mantener los 135 artículos». Se explaya en marcar la diferencia entre votar en blanco y votar anulado: «El voto que se anula va a favorecer a la acción de la izquierda», que pretende poner «un palo en la rueda al gobierno, una vez más el PIT-CNT y el Frente Amplio trancando, molestando». En cambio, según Cabrera, el voto en blanco expresaría la voluntad de la gente «caliente con el gobierno». Porque –dice el aprendiz de brujo que «inventó» a Guido Manini– «esa gran tormenta de varios cientos de miles de sobres vacíos» va a decirle al gobierno que «no queremos su frente maquillado, que queremos cambios reales que nos saquen del pozo; decirles de una vez por todas que queremos una educación laica y no dogmática, eliminar la ideología de género y el falso relato del pasado, terminar con el asistencialismo del MIDES [Ministerio de Desarrollo Social] y las pensiones vitalicias a los que fueron terroristas». Antes de un abrazo a los camaradas y un «viva la patria», Cabrera resume: «[El voto en blanco será] la manifestación de un pueblo cansado de versos, de mentiras, de populismo, y que le exige a sus gobernantes cumplir con la expectativa de sus votantes».

El coronel no estaba mamado, como diría Zitarrosa. Sabía lo que decía, y el silencio del senador Manini avala la arenga: CA puede vivir cómodamente con la contradicción de integrar el gobierno y permitirse, al mismo tiempo, decir que ese gobierno es un frente maquillado que miente. Por ahora, el senador Manini no ha desautorizado a quien fuera un asesor del ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro y a quien se le atribuye un papel decisivo en el nombramiento de Guido Manini Ríos como comandante en jefe del Ejército en 2015.

Arquímedes Cabrera, un oficial de Infantería que comenzó su carrera militar como alférez en 1977, en pleno apogeo de la guerra sucia de la dictadura militar, integró, como su colega Manini Ríos, la logia Tenientes de Artigas, fundada por el general Mario Aguerrondo padre y conducida como instrumento de la lucha intestina en el Ejército por el general Esteban Cristi. Furibundo anticomunista, la definición del Frente Amplio exime de un retrato detallado del coronel: «Dominado por una anacrónica filosofía marxista, desde el Frente Amplio se ha impulsado la destrucción de la familia, la fe y las Fuerzas Armadas», dijo en 2019.

Sobre Cabrera, el entonces ministro, Fernández Huidobro, tenía una opinión tajante: «Los partidos tradicionales andan tuertos y cuando hablan de posibles organizaciones subversivas y extremistas solo miran para la izquierda, miren que hay de derecha también. Si usted me preguntara, esto tiene un tufillo a derecha, a ultraderecha, para hacerlo muy definido. Grupos fascistas, grupos nazis. El herrerismo tenía un grupo en su seno y ahora tiene dos: el que dirige Arquímedes Cabrera, tiene su blog y no tiene desperdicio, y otro que conduce el coronel retirado [Carlos] Silva. Son admiradores de Primo de Rivera y uno de ellos se llama Falange Lacallista», dijo, cuando aún era senador durante la campaña electoral de 2009, en la que Luis Alberto Lacalle se proponía para presidente; Cabrera apoyó al Cuqui con su lista 1412, Unión de Ciudadanos Nacionalistas. Su condición de nazi no impidió que, más adelante, ya como ministro de Defensa, el Ñato lo designara como representante del Ministerio de Defensa en el sistema de áreas protegidas de Rocha y lo convirtiera en su asesor porque «tuvo un brillante desempeño en delicadas misiones de paz, atravesó situaciones muy peligrosas y salió de esos compromisos con éxito». El propio Cabrera, en declaraciones a radio Sarandí en 2019, admitió: «Estuve y me involucré muy directamente como asesor del ministro de Defensa en la designación del general Manini».

Hoy, desde su comando de campaña Azul y Blanco (el título es toda una profesión de fe, refiere al semanario creado en 1971 por otros dos nazis de origen blanco, el psiquiatra Martín Gutiérrez y Diego Ferreiro, ambos implicados en el episodio de las botellas de vino que cobraron la vida de la madre del actual ministro del Interior, Luis Alberto Heber), el coronel Arquímedes Cabrera reproduce punto por punto el decálogo ideológico del líder de CA: patria, familia, propiedad y, por supuesto, combate a muerte a la política de género, incluido el rechazo al derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, siguiendo las indicaciones de la Iglesia católica.

El coronel Cabrera sabe lo que busca con su propuesta de votar en blanco en el referéndum de marzo. Pero el objetivo implícito, aunque no confeso, no le otorga ningún rédito personal. Solo CA y su líder, Manini Ríos, pueden beneficiarse de una tal estrategia. El coronel hace bien los mandados: si en el referéndum aparecen, como dice, cientos de miles de sobres vacíos, Cabildo tendrá, en la mitad del trayecto hacia 2024, una confirmación del grado de evolución de la derecha que él orienta, por la vía del voto cantado. Dirá en qué medida avanzó una fuerza política que en solo unos meses, en 2019, logró 284 mil votos, el 11 por ciento del electorado. El voto en blanco no se opone a la campaña por el No, una objeción que no pueden reprocharle a Manini los socios de la coalición, en primer lugar, porque ese voto suma, y, en segundo lugar, porque, hasta ahora, el general no se ha pronunciado sobre la iniciativa del coronel. Como en tantos otros episodios, este del voto en blanco confirma esa política de Manini, hasta ahora exitosa, de caminar por el pretil, sin caerse y sin que los otros lo empujen, aunque lo deseen, porque lo necesitan.

 

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